Luis Velázquez/piñero de la cuenca.
Veracruz, México., 07 de junio de 2012.-- Unos son los reporteros asesinados en Veracruz a partir del primero de diciembre, 2010. Otros los reporteros exiliados de Veracruz. Unos los reporteros amenazados.
Otros los reporteros despedidos por, digamos, razones políticas.
Entre los últimos figuran los siguientes:
José Pastor.
Naldy Rodríguez.
Yamiry Rodríguez, de quien se afirma que sólo cambió de medio tentada por mejor oportunidad.
Miguel Ángel Díaz.
Karina Martínez.
Ilsa Trujano.
Eirinet Gómez López.
Pedro Muñoz Zamudio.
Hugo Figueroa.
Víctor Pinillos.
Antonio López.
Hugo Gallardo Sangabriel.
La última, hace unos días, Marijose Gamboa.
II
Cada uno tiene su historia.
Y aun cuando carecen de pruebas de su despido injustificado, de pruebas documentadas, testimonios, grabaciones, tienen evidencias.
Si un pato camina como pato, corre como pato, caga como pato es pato.
Así en la mayor parte de los casos de los trece trabajadores de la información despedidos en los últimos 18 meses en Veracruz hay una constante: la mano que mece la cuna parece provenir del palacio principal de gobierno de Xalapa.
En todos los casos los colegas han publicado informaciones causando escozor, irritación, indignación, furia… en la elite política.
Han, pues, de algún modo ejercido un periodismo incómodo al barco sexenal de Veracruz.
El colmo: dos de los reporteros anteriores, deportivos, Víctor Pinillos y Antonio López, conocido como ‘’El divino’’, trabajadores de Telever, fueron despedidos por la transmisión al aire de una nota incómoda para el jefe máximo.
En contraparte es el mismo caso del reportero policiaco, Hugo Gallardo Sangabriel, despedido también de Telever en circunstancias que el mismo Gallardo califica de raras y extrañas.
III
Nadie, se insiste, tienen pruebas jurídicas y notariales.
Pero dadas las circunstancias fueron despedidos, reubicados, separados de sus fuentes tradicionales porque de pronto se volvieron incómodos.
Los políticos, no obstante, se curan en salud y como Poncio Pilatos se lavan las manos, cuando ellos mismos mecieron la cuna.
Un simple hecho: basta y sobra con que un cliente, y más, mucho más, si es político, amenace con suspender el jugoso convenio mensual con el medio si sostiene a un reportero incómodo.
Y entre el convenio mensual y el reportero indeseable, mil veces el convenio.
Por eso es que de acuerdo con el Plan Veracruzano de Desarrollo 2011-2016, en Veracruz hay 105 periódicos y revistas, más 50 periódicos digitales, más los noticieros de radio y televisión.
Insólito: todos viven.
Y en muchos casos, viven a toda eme.
En los medios impresos, hablados y digitales de Veracruz, la línea editorial la establecen los clientes que pagan.
Y más, si son políticos encaramados en el poder económico.
IV
El último caso: Marijose Gamboa.
Desde un principio, antes de ser contratada por Megacable, los dueños sabían de su periodismo crítico.
Así la mantuvieron durante un tiempecito, y cuando, ni modo, llegó la hora de negociar, fue despedida.
Claro, y como Marijose dice, le ofrecieron chamba en el otro extremo del país, como una medida diplomática para retirarla del noticiero de Veracruz, pues algunos políticos ya estaban enfurecidos.
Y ni hablar, dieron el manotazo.
El mundo político se lava las manos. ‘’Yo no fui’’ reviran. ‘’Me tomó de sorpresa’’ dicen. ‘’Fue un problema interno’’ justifican.
¡Decepciona el gabinete político de Veracruz!
Les hace daño la palabra crítica.
Todo mundo tira agua bendita al paso del jefe y de los jefes.
Y así, cuando surge una voz disidente, tarde o temprano la apagan.
Incluso dueños del día y de la noche y de las voluntades ajenas, les vale todo.
Por ejemplo, a Marijose la despidieron horas antes del populista día de la libertad de prensa que el presidente Miguel Alemán Valdés estableció para que los dueños de los medios le rindieran culto.
V
En su entrevista con la agencia noticiosa, Apro, del semanario Proceso, Marijose Gamboa nombra a los responsables de su despido, entre ellos, la principal, María Georgina Domínguez Colio, vocera del sexenio próspero.
guridad Publica y Policía Municipal de la ciudad de Hueyapan de Ocampo, también tomaron conocimiento de los hechos.
Cabe mencionar que el hoy occiso Ricardo González, presentaba 6 impactos de bala calibre 45, en diferentes partes del cuerpo y cara, y su sobrino Mario García 2 impactos en la cara del mismo calibre.
Veracruz, México., 07 de junio de 2012.-- Unos son los reporteros asesinados en Veracruz a partir del primero de diciembre, 2010. Otros los reporteros exiliados de Veracruz. Unos los reporteros amenazados.
Otros los reporteros despedidos por, digamos, razones políticas.
Entre los últimos figuran los siguientes:
José Pastor.
Naldy Rodríguez.
Yamiry Rodríguez, de quien se afirma que sólo cambió de medio tentada por mejor oportunidad.
Miguel Ángel Díaz.
Karina Martínez.
Ilsa Trujano.
Eirinet Gómez López.
Pedro Muñoz Zamudio.
Hugo Figueroa.
Víctor Pinillos.
Antonio López.
Hugo Gallardo Sangabriel.
La última, hace unos días, Marijose Gamboa.
II
Cada uno tiene su historia.
Y aun cuando carecen de pruebas de su despido injustificado, de pruebas documentadas, testimonios, grabaciones, tienen evidencias.
Si un pato camina como pato, corre como pato, caga como pato es pato.
Así en la mayor parte de los casos de los trece trabajadores de la información despedidos en los últimos 18 meses en Veracruz hay una constante: la mano que mece la cuna parece provenir del palacio principal de gobierno de Xalapa.
En todos los casos los colegas han publicado informaciones causando escozor, irritación, indignación, furia… en la elite política.
Han, pues, de algún modo ejercido un periodismo incómodo al barco sexenal de Veracruz.
El colmo: dos de los reporteros anteriores, deportivos, Víctor Pinillos y Antonio López, conocido como ‘’El divino’’, trabajadores de Telever, fueron despedidos por la transmisión al aire de una nota incómoda para el jefe máximo.
En contraparte es el mismo caso del reportero policiaco, Hugo Gallardo Sangabriel, despedido también de Telever en circunstancias que el mismo Gallardo califica de raras y extrañas.
III
Nadie, se insiste, tienen pruebas jurídicas y notariales.
Pero dadas las circunstancias fueron despedidos, reubicados, separados de sus fuentes tradicionales porque de pronto se volvieron incómodos.
Los políticos, no obstante, se curan en salud y como Poncio Pilatos se lavan las manos, cuando ellos mismos mecieron la cuna.
Un simple hecho: basta y sobra con que un cliente, y más, mucho más, si es político, amenace con suspender el jugoso convenio mensual con el medio si sostiene a un reportero incómodo.
Y entre el convenio mensual y el reportero indeseable, mil veces el convenio.
Por eso es que de acuerdo con el Plan Veracruzano de Desarrollo 2011-2016, en Veracruz hay 105 periódicos y revistas, más 50 periódicos digitales, más los noticieros de radio y televisión.
Insólito: todos viven.
Y en muchos casos, viven a toda eme.
En los medios impresos, hablados y digitales de Veracruz, la línea editorial la establecen los clientes que pagan.
Y más, si son políticos encaramados en el poder económico.
IV
El último caso: Marijose Gamboa.
Desde un principio, antes de ser contratada por Megacable, los dueños sabían de su periodismo crítico.
Así la mantuvieron durante un tiempecito, y cuando, ni modo, llegó la hora de negociar, fue despedida.
Claro, y como Marijose dice, le ofrecieron chamba en el otro extremo del país, como una medida diplomática para retirarla del noticiero de Veracruz, pues algunos políticos ya estaban enfurecidos.
Y ni hablar, dieron el manotazo.
El mundo político se lava las manos. ‘’Yo no fui’’ reviran. ‘’Me tomó de sorpresa’’ dicen. ‘’Fue un problema interno’’ justifican.
¡Decepciona el gabinete político de Veracruz!
Les hace daño la palabra crítica.
Todo mundo tira agua bendita al paso del jefe y de los jefes.
Y así, cuando surge una voz disidente, tarde o temprano la apagan.
Incluso dueños del día y de la noche y de las voluntades ajenas, les vale todo.
Por ejemplo, a Marijose la despidieron horas antes del populista día de la libertad de prensa que el presidente Miguel Alemán Valdés estableció para que los dueños de los medios le rindieran culto.
V
En su entrevista con la agencia noticiosa, Apro, del semanario Proceso, Marijose Gamboa nombra a los responsables de su despido, entre ellos, la principal, María Georgina Domínguez Colio, vocera del sexenio próspero.
